El helado y la salud

Descubre porqué el helado es un alimento saludable y nutritivo

Preguntas más frecuentes

Partiendo de la base de que los diabéticos deben controlar rigurosamente su dieta, y muy en especial los glúcidos, en algunos casos puede integrarse en su dieta un cierto consumo de helados de la misma manera que en dicha dieta cabe un moderado y bien medido consumo glucídico, que hay que considerar para cada paciente. En este sentido los helados permiten llevar a cabo esta aportación de una forma mejor que si se hiciera en forma de glúcidos más simples.
El contenido en colesterol de los helados es moderado. Por ello, si el consumo de éstos es razonable y no hay una ingesta excesiva de productos grasos en el conjunto de la dieta, la trascendencia de la presencia de colesterol en los helados de base láctea es mínima. Desde este punto de vista, es mucho más importante la ingestión de una proporción elevada de ácidos grasos saturados, que tampoco tiene porque darse si la ingestión de helados es moderada. Hay que destacar, también, que los helados de leche desnatada, de agua o sorbetes no contienen colesterol.
Cuando nos disponemos a saborear un apetitoso helado y lo introducimos en la boca, el helado pasa automáticamente de una temperatura de entre –12 ºC o –15 ºC, a una temperatura de +8 o +10 ºC. Esto es posible gracias a que nuestra boca cede el 75% de energía necesaria para calentar el helado. Por lo tanto, no ejercen un efecto irritante.
La baja temperatura de los helados no tiene ninguna influencia negativa sobre el aparato digestivo ni el organismo en general, a no ser que se ingieran demasiado deprisa. De hecho, al saborearlo en la boca y en su camino al estómago se calienta a unos 20ºC-30 ºC, por lo que al llegar al estómago sólo tiene unos pocos grados por debajo de la temperatura corporal.
El consumo de 100 g de un helado de base láctea puede suponer entre 5 y un 10% (en función del tipo de helado y del grupo poblacional considerado) de las cantidades diarias recomendadas de energía.
Los helados aportan proteínas de alto valor biológico y alta calidad nutricional. El consumo de 100 g de helado de base láctea proporciona entre un 5 y un 10% de la cantidad de proteína que es necesaria diariamente.
El consumo de 100 g de los helados de base láctea puede cubrir entre un 10 y un 15% de las necesidades diarias de calcio.
Los helados son alimentos relativamente complejos, que aportan contenidos interesantes de diversos nutrientes, especialmente proteínas de alto valor biológico, calcio y también vitamina B2.
Una cierta cantidad de azúcar es conveniente para el organismo como fuente de energía fácilmente disponible. Las proporciones entre 20%-30% de azúcares, referidos a 100 gramos de helado, significa que una ingesta equivale a entre 20 y 30 gramos de azúcar, cantidad perfectamente integrable en una dieta correcta, en la que hasta un 10% de las calorías puede proceder de azúcares simples.
Los helados aún siendo alimentos con un cierto contenido en azúcares no son especialmente cariogénicos, ya que aunque tienen una determinada consistencia, esta no provoca una retención en la boca por un periodo de tiempo excesivo y, además, inducen la salivación, lo cual constituye un factor que ejerce una cierta protección frente a la caries, por su acción de drenado y neutralización de la acidez. La lactosa, además (azúcar de la leche y por lo tanto presente en los helados) es el menos cariogénico de los azúcares, aunque hay que tener en cuenta que actúa integrada en una dieta variada o en un alimento complejo. Todo ello hace que los helados no resulten especialmente cariogénicos.

Nota de prensa


  • Las novedades del sector contrarrestan los efectos de una climatología adversa en el inicio de la campaña de verano 2013

    12 de junio de 2013

    El sector confía en el atractivo del cartel de productos actual y en un repunte de las temperaturas para dinamizar así el consumo de helados, desfavorecido por la climatología

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